Cuidado con los éticos.

Ante el auge de la ética algunos nos consolamos con la moral: algo integrado en un visión mas amplia, fundamentado en la tradición, otorgado mas que construido. Imitación de una persona mas que definición de una escuela. Pero me voy divagando de mi objetivo que era incidir sobre la desconfianza ética.
No hay sinvergüenza que no dedique unas líneas de su discurso a la ética, o si se prefiere a los valores éticos, aún mas difusos. Mientras en el esteta se puede encontrar cierta sinceridad, a algunos les gusta la belleza, encuentran placer en contemplarla e incluso se elevan sobre el puro utilitarismo, hay que desconfiar del ético. Aún más del bioético. Casi siempre encubre algo, mas bien encubre lo que todos sabemos.
Eso es sabido de siempre, pero uno ama los lugares comunes a los que llega tras dar muchas vueltas. Se lo hace decir Tucidides a los enviados atenienses "los espartanos mas que ningún otro pueblo llaman honroso a lo que les gusta y justo a lo que les conviene". Lo repitió Nietszche  e incluso a mi me gusta más como lo comentaba Leon Bloy respecto a la "moral" burguesa de su época.
Ahora esto de la ética ha tenido su apogeo en la ética de los negocios; es más incluso en la ética católica de los negocios. Las grandes escuelas de negocios han sido entre nosotros en su mayoría de inspiración "cristiana" y no hemos logrado ni un ápice de mejor comportamiento que en los países mas utilitaristas. Hemos batido el record mundial de directivos bancarios escandalosos, tras dedicar gran profusión de cursillos a la función social, al cumplimiento y a la responsabilidad social corporativa. Si tuviera una respuesta fácil la daría pero no la tengo y sólo me queda ironizar, paradoja notoria en un sujeto que se ha dedicado a hablar de bioética y ética de los negocios. Pero lo decía don colacho, a quien cito una vez que he observado que a algunos les molesta. "la ironía disfraza el odio impotente".