lunes, 10 de febrero de 2014

La Comisión de Derechos del Niño y la ideología.

Las Naciones Unidas tienen ideología. No me refiero evidentemente que todas las Naciones del Mundo,  mas o menos tengan ideología sino que la ONU como organización tiene en sus altos funcionarios, sus organismos internacionales, sus relatores un claro signo ideológico.
Mucho se habló en su momento del neomalthusianismo de la FAO y mucho de la deriva proabortista de la misma UNICEF. De esta forma, la ONU muy incapaz de mantener su función inicial, que era el mantenimiento de la paz, parece mas eficaz en la extensión de un pensamiento unificado que se va construyendo en los estratos "liberales" del mundo anglosajón.
El peculiar sistema de cooptación de los expertos, la indudable capacidad de organización de las ONGs que actúan en las áreas ideológicamente sensibles, el absoluto predominio de las posturas ideológicas radicales en la mayor parte de los países occidentales, en sus gobiernos y en sus expertos en la organización hacen que la ONU en si misma se constituya en un uso alternativo de todo convenio, acuerdo o recomendación que produzca.
Ya pueden los Estados llenarse de matices, ya puede hablarse de pluralidad o multiculturalidad, esta se reduce a una alternativa entre San Francisco y la Costa Este.
Muchos amigos me han intentado convencer de que esto no es exactamente así y que una cosa es lo que se dice que se ha aprobado y otra lo que viene en los textos. El asunto se parece demasiado a lo del "espíritu del Concilio" como para que la explicación pueda tranquilizarme. Desde Pekín al Cairo y en adelante, todo se va leyendo en el mismo sentido, de forma que la Organización al menos en sus agentes y funcionarios parece un brazo mas o menos armado del malthusianismo, la presión ideológica sobre los países pequeños, la ideología de género,  el abortismo o la agenda LGBT.
A veces la ONU, tan cuidadosa en no molestar a los posttotalitarios,  pierde incluso su ecuanimidad, como cuando al mandar Obama a su abanderada a Sochi, manda a su abanderadito el Secretario General a manifestarse en la víspera de los juegos de invierno. Y no se trata a mi parecer sólo de que un único gobierno mande mas de lo conveniente en la Organización sino que ese mando se vuelve fluido y sencillo cuando coinciden la ideologías y los mismos mandan en todos sitios.
En este contexto sorprende que la Santa Sede, que luchó durante siglos en mantener su independencia de los poderes temporales, ahora que teóricamente ha abandonado todo afán constantiniano en cualquiera de los dos sentidos, acabe sometida a una encuesta general sobre sus actitud ideológica, sus enseñanzas, su Magisterio, por un comitecillo de funcionarios  no tan relevantes,  que hacen recomendaciones sobre lo que debe permanecer del cristianismo y lo que debe modificarse, en virtud de una Convención que supuestamente no establecía como dogma la ideología de género, el abortismo o la agenda LGTB.
A la Comisión se le ha ido la mano, a lo mejor voluntariamente, pues la expulsión de la Santa Sede esta entre los propósitos declarados del funcionariado rector. Pero claro siempre habría algo mejor que la expulsión y esto  sería poner a la Iglesia a enseñar las verdades del nuevo paraíso progresista.


1 comentario:

  1. No se le ha ido la mano, simplemente la Iglesia les resulta molesta, porque dice sin ambages lo que está bien y lo que está mal, y denuncia sin miedo la agenda que describe en su entrada. ¿Qué hacer? Intentar desacreditarla y eliminar su autoridad moral. Y para eso van a utilizar todo lo que esté en su mano, sin la menor duda; nos podemos ir preparando.

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