lunes, 10 de febrero de 2014

ONU e ideología. Hoy en la Razón.

Para superar la indignación Gómez Dávila nos recomendaba realizar la genealogía de la estupidez. Sólo con ese espíritu es posible leer el informe del Comité de Derechos del Niño sobre el cumplimiento de la Convención por parte del estado parte de la Santa Sede.
La peculiar situación de la Iglesia, presente como Estado miembro pero a su vez comprometida desde hace 2000 años en la difusión de un mensaje religioso que supuestamente debería aceptar e incluso proteger es su manifestación la ONU, ha hecho posible que el Comité recomiende, en la aplicación de una Convención, que la Iglesia Católica deje de ser cristiana y se convierta a las posiciones ideológicas aceptadas y difundidas por  el establishment de la ONU. Estas posiciones son concretas, no han sido votadas o ratificadas por ningún mecanismo de representación auténtico,  y sirven para reinterpretar las convenciones que la ingenuidad lleva a ratificar a numerosos países que firman un texto que pone una cosa y se encuentran con una interpretación diversa e ideológica por parte de los administradores.
La exigencia del Comité es que la Iglesia acepte e incluya la ideología de género, el activismo proaborto de las agencias de Naciones Unidas, una definición de educación que no comparten las legislaciones de la mayoría de los países miembros,  una supervisión ideológica de las enseñanzas religiosas y por supuesto la agenda LGTB. El informe debe leerse pues en dos claves:
La primera es el riesgo permanente de la Iglesia al conformarse con las entidades temporales, peligro que lejos de haber disminuido está aumentando es este momento a través de la imposición ideológica de organismos internacionales. Pero como sobrevivió al Imperio romano, al sacro imperio romano germánico, a Napoleón o a los Saboya, la Iglesia podrá contemplar a la ONU desde la altura de los siglos.

La segunda clave es lo que debemos esperar de la ONU bajo la actual presidencia de Obama, y digo bien de la actual presidencia de Obama, pues Ban  Ki Moon no es relevante a estos efectos.

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