martes, 1 de agosto de 2017

Sobre la política en general. Carvajal y Hué. La búsqueda del medro personal.

De nuevo de la introducción, p XLIX del primer tomo de los discursos parlamentarios.

"Hablo de la política como de cosa  práctica y  abiertamente puedo decir mi opinión, de que asi como lo abnegado señala las esferas de lo espiritual y de lo especulativo, por el contrario ocurre en cuanto se trata de la vida real donde, no digo por desventura en razón de que siendo de naturaleza nada hay que objetar, nada que lamentar y todo se impone; pero en realidad el individuo toma predominio sobre el grupo y la necesidad sobre la idea; ocurre, pues, que la política se adopta por oficio y por ventaja y que el bien social en vez de ser lo principal que traiga la derivación del bien particular, se sujeta a los logros de éste, humillándose hasta ser accesorio, por donde se embrolla la política y se complica con multitud de pasiones, entre las cuales sobresale la codicia y la ambición de figurar.
De todos los matices de color que origina esta situación lamentable, mas que es necesario tener en cuenta como vicio dificilísimo de corregir, uno de los más atractivos, pero de donde salen emanaciones deletéreas y sin embargo es simpático, paréceme ser el de las colectividades parciales que semejan a los individuos en su acción; fuerza que frecuentemente arrasa la misma fuerza total de la sociedad por descuido suyo; la Iglesia invocando la mejora de las costumbres y la santidad del dogma; el ejercito, amparándose de la integridad del territorio y del honor nacional y poniendo parapetos para aquel riesgo y enalteciendo el respeto de este sentimiento; la magistratura con los nombres casi sacrosantos de justicia y de derecho; la agricultura, llamándose fuente de toda la riqueza y temerosa siempre de que se agosten sus aguas; la industria, solícita eterna de la protección- el comercio pregonando siempre , y en ocasiones con motivo sobrado, su decadencia; las clases entre si guerreando bajo esta o aquella bandera; todos los que pudiéramos llamar egoísmos colectivos hacen de la política el escudo de sus conveniencias, y yo no digo que no sea de sus necesidades. Aún así tampoco es este el lugar donde se concentra y condensa el más grave de los prejuicios que por el dominio de los intereses aislados y egoístas sobre el interés social, se produce en la vida pública; hay que verle en los individuos, que multiplicados por su muchedumbre y dirigidos  instintivamente y sin previo concierto en la misma ruta, hacen de la política un báratro de  tinieblas morales a la luz del sol, por entre los que pasan milagrosamente sin mancharse algunas conciencias puras; menos siquiera cuando solamente da vida al egoísmo la ambición de figurar un día sin eco en la historia; pero no es eso: el Concejal, el Gobernador, el Diputado, el Ministro aspiran a estas posiciones, siquiera sea para ayudarse en su profesión de abogado, de ingeniero o de médico y no hay quien salga de la Universidad y no aspire a que sea la política el medio de abrirse carrera y de hacer fortuna" (LI)

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