lunes, 31 de julio de 2017

Descripción por Carvajal y Hué de la política española.

Hacia el final de su vida, al escribir dedicada a su hijo la introducción a los discursos parlamentarios, Carvajal da cuenta de su desencanto y hace esta descripción de la política española, que no ha cambiado tanto:
"Aqui entra, respecto a la política española, un gran desencanto; si fijas la vista en nuestro pueblo y lo camparas con los demás pueblos de Europa, comprenderás  cuan desgraciada es nuestra Patria y como se necesita amarla mucho para influir en su política, haciendo el sacrificio que ella merece, precisamente porque es menos afortunada. La distancia entre España y los demás pueblos de Europa se va cada día aumentando porque aunque absolutamente progresamos, no es así relativamente, y nuestro andar es mas acompasado del de las naciones  que nos han tomado la delantera. La vida se hace cada vez más universal y nosotros tenemos una historia tan gloriosa, que no podemos avenirnos con este decaimiento relativo; aun cuando al empuje del siglo nos vayamos moviendo, no podemos alternar ni en riqueza, ni en fuerza, ni en ciencia con los demás pueblos de Europa; no tenemos más que un refugio en lo cual vamos parejos, que es el arte, y de este mismo sospecho que cuando con relación a las demás actividades humanas toma cuerpo, es un signo por todo extremo grave.
Quizás ningún otro  pueblo que tenga como el nuestro noción tan clara de la política pero no hay seguramente ningún otro que ofrezca peores elementos para su progreso. El desarrollo de nuestra población es mínimo, señal indefectible de que no tenemos los recursos de vida necesarios para una gran propagación; el trabajo escasea y está mal remunerado; capital no hay, y el que tiene la tierra por manifestación, se halla gravado por una deuda hipotecaria que transforma al prestamista en señor del dominio. La falta de trabajo agrícola, industrial y científico, aglomera en la puerta de los Ministerios la muchedumbre de los pretendientes, y el presupuesto se hace socialista en el sentido en que es socialista el oficio y el hospital.
De las clasificaciones sociales, no hay ninguna que infunda esperanzas;  la aristocracia es engreída, holgazana, pobre, la clase media egoísta, como temerosa de que se le escape y desaparezca su bienestar; el pueblo todavía ignorante y ya entregado a los errores socialistas y a los delirios anarquistas. Si de estas grandes divisiones sociales pasamos a aquellas que se fundan en funciones de la vida, el ejercito es peligroso; el clero desempeña sus funciones que le apartan o deberían apartarle de los problemas que estudiamos; aun así para el ejercicio de su mismo ministerio, deficiente; la administración, inmoral; la enseñanza, errónea; no hay religión, pero no hay filosofía; la política, explotada por los vividores; el egoísmo de la senectud, invadiendo a la gente moza; la masa total se mueve y vive, pero con los aleteos de la enfermedad que pueden  ser anuncios de muerte. En estas condiciones, precisa realizar el deber de influir en la vida pública, y yo no sé si llegaremos a plantear los organismos que apetecemos, pero  se todavía con menor certidumbre , si no serán tardíos o ineficaces.
Ya ves si es preciso luchar y si es peligroso luchar con pureza de conciencia al lado de los que se aprovechan de la minería pública para estrujar, en beneficio personal y propio, sus últimos zumos, y luchar por la Patria como el médico  que se empeña a la cabecera del moribundo en seguir recetando ¡quien sabe si es tarde!

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