viernes, 21 de julio de 2017

Referencia a Carvajal en Revista de los tribunales.

En la "Colección de trabajos forenses y noticias biográficas de los más notables abogados de España publicados por la Revista de los Tribunales" editada  en Madrid. Centro Editorial de Góngora. Calle San Bernardo, 43, en el año 1903, como segundo autor figura en las páginas 28 y 29 esta semblanza de José de Carvajal y Hué.
"Es una de las más salientes figuras de la sociedad contemporánea. Sus aptitudes casi universales, su mor al estudio y su laboriosidad infatigable, han hecho del Sr. Carvajal una verdadera eminencia. Consumado filólogo y orientalista, insigne jurisconsulto, publicista, orador y político notabilísimo, habríase colocado, sin duda, a la cabeza de los estadistas de nuestro tiempo en un pueblo cuyas masas fueran más reflexivas y cultas que son las que de ordinario se agitan en la nación española.
Justo es decir, sin embargo, que el Sr Carvajal ha encontrado en la mayoría de sus compatriotas el apoyo, la consideración y el respeto debido al verdadero mérito, y ha hecho, hace y hará uno de los primeros papeles entre nuestros políticos, nuestros jurisconsultos y nuestro sabios; y que, si no se le hace plena y cumplida justicia, cúlpese en parte al escaso acierto con que eligió el campo de operaciones en las agitadas luchas de las modernas sociedades. Sus tendencias francamente conservadoras y de orden, se avienen mal con las rudas campañas que en estas épocas de transición de los pueblos han menester sostener las turbulentas democracias en cuyos  partidos milita nuestro biografiado.
Hechas estas breves consideraciones de carácter general, consignemos algunos de los hechos más salientes de su vida pública.
Nació D. José de Carvajal en la ciudad de Málaga en 8 de Octubre de 1834.
Después de un esmerada preparación en las materias que constituyen la primera enseñanza, enviáronle sucesivamente a Francia, Inglaterra y Alemania, en cuyas naciones, sin olvidar el estudio de las lenguas, se dedicó a las cuestiones mercantiles, bancarias, económicas, etc, volviendo a su país natal con tal suma de conocimientos  de esas materias, que obtuvo ventajosas coloca ciones en las casas más poderosas.
Pero sintiéndose con alientos y vocación para mayores empresas, dedicose a la política y al estudio del Derecho, licenciándose y doctorándose en la Universidad de Salamanca por los años 1869 y 1870. Abrió su bufete en Málaga y comenzó a ejercer allí la profesión de Abogado, pero elegido
diputado republicano por Gaucín para las Corte radicales de 1872, y proclamada la República en 1873, trasladó su familia a Madrid, estableciendo aquí su definitiva residencia, siendo nombrado Subsecretario del Ministerio de la Gobernación, primero, Ministro de Hacienda después, y, por último, Ministro de Estado de la República. Durante la Restauración ha sido elegido y desempeñado el cargo de Diputado republicano por Málaga en diversas legislaturas, y en la actualidad prosigue su labor favorita de conciliar a los diversos elementos democráticos para la formación  del partido de fusión republicana.
Como Abogado, no hay para qué decir que ha figurado siempre en primera linea, y sus compañeros le han guardado las consideraciones debidas a sus merecidos prestigios. En el Ilustre Colegio de Madrid ha desempeñado los más elevados cargos, incluso el de Decano. Ha presidido dos veces  (de 1884 a 1887) la Academia Matritense de Legislación y Jurisprudencia. Presidió el Congreso jurídico español celebrado en 1887, y fué también uno de los Presidentes del Congreso de jurisconsultos reunido en 1892 en Barcelona.
Sus triunfos en el foro han sido muchos y muy notables, siendo uno de los Abogados  más solicitados para las cuestiones de empeño y gran resonancia, no sólo por su excepcional competencia, si que también por lo propicio que siempre se le encuentra para encargarse de la defensa de los desgraciados, sobre todo cuando se trata de desheredados de la fortuna.
Y con estas generalísimas indicaciones, sin tratar otros aspectos de la vida pública  y profesional del Sr. Carvajal, porque nos lo veda la índole de estos trabajos, damos por terminado este modesto pero sentido tributo de nuestras admiración y deferencia a nuestro ilustre colaborador y amigo, insertando a continuación, como muestra de su talento y gallardo estilo, una de sus hermosas oraciones, pronunciadas no ha mucho ante el Tribunal del Jurado.
(La oración es la Defensa del anarquista Juan Maria Debats)

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