lunes, 27 de febrero de 2017

Maternidad subrogada. De nuevo sobre una manipulación.

Quienes imponen la nueva lengua, es decir, quienes de forma totalitaria quieren que hablemos y por lo tanto pensemos de una forma impuesta por el Estado, llaman maternidad subrogada a los contratos por los que   un tercero “se hace” durante un periodo de tiempo de dos cosas.
Una es la capacidad gestante de una mujer, es decir, algo que estaba extra comercium por razones de dignidad femenina. Se quiere disponer del vientre de esta, pero a su vez, con el vientre se dispone de su persona, de su tiempo, de sus condiciones de salud. Quienes desde el marxismo nos hablaban de alienación aquí la tienen en su forma mas radical. Ni siquiera la prostitución, salvo que fuera de dominio completo durante 9 meses sería tan detestable.
Lo segundo es que se arrebata la maternidad a la mujer objeto de explotación, se le quita el hijo que se compra. Eso si,, siempre que el producto tenga  la calidad  requerida.
No hay maternidad y no hay subrogación. No hay maternidad porque a la madre se le retira esta mediante contrato para llenar el narcisista deseo, de unos de prolongar su carga genética, o de otras de no someterse al esfuerzo de la gestación. No hay subrogación pues no existe en los derechos personales de paternidad y maternidad y   nadie se coloca en la situación jurídica de otro sino que se contrata la doble prestación arriba mencionada.
La pretensión que se quiere amparar en el derecho es indigna. Para satisfacer el deseo genético se coloca a mujeres, miles de ellas en el Tercer Mundo, en una situación laboral más cercana a la esclavitud que a cualquier otra forma de trabajo contemporáneo. No puede existir vocación para ser vientre de alquiler. La capacidad materna por otra parte se aliena totalmente de forma que esta maternidad si tiene las características que critican con fuerza las feministas más radicales. Puestos a marchar hacia el futuro nos llevan a una condición aún peor que las de las nodrizas embarazadas a posta para cubrir las necesidades del mamón rico o para que no se estropeasen los pechos burgueses.

Antes de aprobar esta barbaridad tened el valor de sacar una granja India de maternidad subrogada. No escondáis la imagen mental bajo el conjunto de palabras con las que enmascaráis el puro deseo narcisista, el mero poder económico.


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