lunes, 6 de febrero de 2017

Cuando pido objeción de conciencia reconozco que la cosa esta mal.

Cuando el multado o la borrada de las listas por seguir los principios políticos de una organización  piden el reconocimiento del voto en conciencia y no la vuelta a los principios abandonados es que comprenden que el abandono es definitivo.
No tratamos de tu conciencia o la mía, de mi moral o la tuya, al fín y al cabo tan de moral particular podría ser el derecho a comprarse un niño en la India como la oposición al aborto. Las leyes tratan cuestiones morales en la esfera pública y eso es derecho. No se puede invocar la conciencia a tener esclavos para oponerse a la abolición. En la esfera pública discutimos el derecho y esa es la esencia de la acción política.
Cuando lo impuesto es lo injusto, mandar la posición política a la esfera del voto en conciencia supone ratificar la injusticia. Si las fuerzas políticas rivales mantienen en sus programas, y no sólo en sus conciencias, la creación de leyes o el mantenimiento de las que consagran las situaciones injustas lo que vemos es un rendición sin condiciones, para unos, o el abandono de un fardo pesado, "los principios" para otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario