martes, 13 de diciembre de 2016

Grisez, Finnis y ocho posiciones que algunos derivan abusivamente de "Amoris Laetitia"

Germain Grisez en el autor que formó hace más de 35 años mis posiciones sobre el aborto. Su libro sobre la cuestión publicado en España por Sigueme, me sigue pareciendo insustituible. No estoy del todo convencido por su tesis sobre los bienes humanos básicos, pero su brillantez, su esfuerzo y su fidelidad merecen todo tipo de reconocimientos, Que decir de John Finnis, aunque las veces que he topado con él en la Academia no se distinguía por su calor o simpatía, sus trabajos jurídicos en materias como la Eutanasia, su obra definitiva Absolutos Morales y lo primero que leí:Natural Law and  Natural Rights merecen mucho mas que un respeto, aunque de nuevo su aristo-kantismo despierta dudas en mi ignorancia.
Por eso, si ambos autores, en su madurez, con una trayectoria de libertad intelectual acreditada, muestran preocupación por posiciones que "indebidamente se están derivando de Amoris Laetitia", la cuestión no puede resolverse como hacen algunos apelando a los "corazones duros", posiciones "indebidamente conservadoras" ( como si las indebidas no fuesen las progresistas) a un complot, o a que la gente no sabe leer, Estos dos a muchos nos han enseñado a leer muchas cosas. Las ocho posiciones insostenibles desde la Revelación y la Tradición  son estas: (tal como las traduce infovaticana, creo que esencialmente bien)
Posición A:    Un sacerdote que administra el Sacramento de la Reconciliación puede a veces absolver a un penitente que carece de propósito de enmienda respecto de un pecado en materia grave que pertenece a su forma de vivir continua o que es habitualmente repetitivo.
Posición B:    Algunos de los fieles son demasiado débiles para cumplir los mandamientos de Dios; aunque estén resignados a cometer pecados en materia grave continuos y habituales, pueden vivir en gracia.
Posición C:    No existe ninguna regla moral general que no admita excepciones. Incluso los mandamientos divinos que prohíben clases específicas de actos están sometidos a excepciones en algunas situaciones.
Posición D:    Aun cuando algunos de los preceptos o mandamientos de Dios parecen exigir que uno nunca elija un acto de una de las clases a los que ellos se refieren, en realidad esos preceptos y mandamientos son reglas que expresan ideales y que identifican bienes que uno siempre debiera servir y esforzarse por realizar lo mejor que pueda, atendidas las propias debilidades y la situación concreta, compleja, de cada uno, que puede exigirle a uno elegir un acto en contraste con la letra de la ley.
Posición E:    Si uno tiene en cuenta su situación concreta y sus limitaciones personales, su conciencia puede a veces discernir que realizar un acto de cierta clase incluso contrari0 al mandamiento divino será hacer lo mejor de que uno es capaz para responder a Dios, que es todo lo que Él reclama, y entonces uno debe elegir realizar ese acto, pero también estar dispuesto a conformarse plenamente al mandamiento divino, si y cuando uno sea capaz de hacerlo.
Posición F:     Elegir provocar la excitación o la satisfacción sexual de uno o de otro u otros es moralmente aceptable a condición solamente de que (1) ningún adulto tenga contacto corporal con un niño; (2) no sea tocado el cuerpo de ningún participante sin su consentimiento claro y libre tanto respecto del modo como de la extensión del contacto; (3) no se haga conscientemente nada que provoque o cree un riesgo excesivo de daño físico significativo, transmisión de alguna enfermedad o embarazo no deseado; y (4) no se transgreda ninguna norma que rija la conducta en general.
Posición G:    Un matrimonio sacramental consumado es indisoluble en el sentido de que los esposos deben siempre fomentar el amor matrimonial y no deben nunca elegir disolver su matrimonio. Pero por causas fuera del control de los esposos y/o por faltas graves de al menos uno de ellos, su relación humana como pareja casada a veces se deteriora hasta que deja de existir. Cuando la relación matrimonial de una pareja ya no existe, su matrimonio se ha disuelto, y al menos una de las partes puede legítimamente obtener un divorcio y casarse de nuevo.
Posición H:    Un católico no necesita creer que muchos seres humanos terminarán en el Infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario