sábado, 13 de febrero de 2016

Tres notas o una nota larga de Gómez Dávila.

Reproduzco estas Notas muy ilustrativas de la posición vital de Gómez Dávila y por que no decirlo de mi actual estado de ánimo:
p 47,48 y 49 de la edición de Villegas.
"Henos aqui, de pronto, constreñidos a ser lo que somos, entregados a la conciencia feroz y fria de nuestra mediocridad.
¡Qué secretos imaginábamos tener escondidos! Se trataba tan sólo de ser leales con nosotros mismos, fieles a nuestra más pura esencia, para lograr una excelencia soberana. Pero el día llega, de luz de invierno, cuando contemplábamos nuestra esqueletada desnudez, cuando descubrimos al hombre miserable que somos y medimos la distancia entre la grandeza con que soñábamos y la escueta pobreza de nuestra humanidad.
Sólo nos queda aceptarnos o suprimirnos.
¿Suprimirnos? Para un gesto tan excesivo necesitaríamos de una dosis de orgullo qeu nuestra clara conciencia ya no tolera; necesitaríamos pesar nuestra importancia en balanzas de falsario; cuando la urgencia del dilema se plantea a quien se midió con justicia.
¿Aceptarnos? Bien; pero ¿como, de que manera?
limpiamente, claro está, sin trampas ni justificaciones mañosas.
Mas ¿ Nos ha de bastar el abandono a las mil circunstancias cotidianas de nuestras vidas para que envueltos de espeso torpor caminemos hacia nuestra muerte?
¿No existiriían ocupaciones subalternas a la que se pueda entregar una inteligencia sana y recta , al reconocer su fracaso? Ciertamente no sabría yo mofarme  del hombre que se somete para no desperdiciarse , pero a tan resignada sabiduría no puedo sino rendir un frío homenaje.
¿Que hacer, luego, si todo lo que me seduce me huye o me rechaza, si todo lo que me cabría emprender me aburre y me repugna? Y, sin embargo, ¿cómo vivir entregado  a la sola tarea de vivir? ¿como transitar por mis días, la frente inclinada sobre el instante, animal que pace, olvidado del cercano invierno y de la pura luz que lo circunda?
Anhelo que estas notas, pruebas tangibles de mi desistimiento, de mi dimisión, salven de mi naufragio mi última razón de vivir:
Imposible me es vivir sin lucidez, imposible renunciar a la plena conciencia de mi vida.
Actor desastrado, busco una silla de espectador.
No pudiendo contribuir noblemente al drama del mundo, prefiero que se me jubile como inepto a que se me admita como comparsa o figurante.
Ciertamente no creo que para pensar, meditar o soñar, sea siempre necesario escribir. Hay quien puede pasearse por la vida los ojos bien abiertos, calladamente.
Hay espíritus suficientemente solitarios para comunicarse a sí mismos, en su silencio interior, el fruto de sus experiencias.
Mas yo no pertenezco a ese orden de inteligencias tan abruptas; requiero el discuros que acompaña el ruido tenue del lápiz, resblando sobre la hoja intacta.
Última  razón de vivir: el deseo de comprender.
Secreto anhelo perdurable.
Ambición desmedida, pero ambición consciente de la estrechez del recinto que el destino le otorga. Ambición tenaz decidida a ocupar el diminuto espacio concedido.
No se me oculta la mediocridad de los resultados que cabe lograr, pero me basta la sola actividad del espíritu que piensa.
No veo, luego, en estos cuadernos el repositorio de raras revelaciones, me contento con arrancar a mi esteril inteligencia unas pocas centellas fugitivas."

1 comentario:

  1. Buenos Días Señor Serrano y a los demás participantes, de momento Agradecer y Felicitar por este magnífico artículo que no defrauda en nada como todos los expuestos aquí. El sencillo brillo me encanta, las cosas que de manera natural sin querer sobresalir al final sobresalen...tiene mayor encanto y valía.


    Me encanta sus palabras vivas, Señor Serrano, cuando anota lo propiamente suyo, le da más credibilidad a lo que quiere mostrarnos: " y por que no decirlo de mi actual estado de ánimo".







    Primeramente nos fijaremos en esta frase: " "Henos aqui, de pronto, constreñidos a ser lo que somos, entregados a la conciencia feroz y fria de nuestra mediocridad.". Es muy verdad, ¡nos vemos aquí de pronto sin querer, sin saber ni cómo hemos llegado algunos a este lugar o momento¡, ¿ es una pesadilla o realidad?, !no me lo puedo creer se dice uno así mismo¡.


    La lucidez pesa mucho, ahí lleva mucha razón D. Nicolás, es un calvario el suyo, el intentar comprender las sinrazones de la vida. Le entiendo a D. Nicolás y a Usted Señor Serrano, me pasa un tanto de lo mismo.


    No tengo dudas a que a D. Colacho le encantaba los Erotes que siempre estaban rodeados de libros, instrumentos matemáticos y musicales, ¿ quien sabe si D. Nicolás los veía volar alrededor suyo?, me parece a mí que sí...


    Mejor explicado que estas palabras imposible, sí que tenía virtuosismo el escritor y sus pesares, claro. Gracias de nuevo Señor Serrano por dejarlos leer. Saludos Cordiales.


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