lunes, 30 de marzo de 2015

Amalia Quevedo sobre Gómez Dávila. El peso de la palabra.

En  mi última visita a Medellín, invitado por los amigos del Tecnológico, dí en una librería de El Poblado con el libro de Amalia Quevedo "El Poder de la palabra" que contiene una brillante disgresión sobre este tópico en Jorge Luis Borges y Nicolás Gómez Dávila. Pertenece al grupo de los libros mas interesantes sobre nuestro autor, aquellos que mas que centrarse directamente en su obra, como modestamente e intentado en "Democracia y nihilismo", construyen desde don colacho una aproximación a alguna de las cuestiones que nos inquietan y a él mismo le inquietaban.
Hojeando el libro doy con una estampa que me dieron en la Candelaria, que me ha servido para marcar las páginas, como es Semana Santa viene a cuento
"Soberana y pura Madre de Dios, Reina del mundo y Madre Mía, socórreme y ayúdame a vencer las acechanzas del demonio y sus placeres.
Muéstrame el camino de la salvación, guíame bajo tu tutela para alcanzar la felicidad eterna en la hora de mi muerte.
No deseches estas súplicas oh Madre dulce y protectora de mi alma. Santísima Virgen de la Candelaria, bendita seas por toda la eternidad, Amén."
Volviendo a Amalia, gracias a ella he caído en otro de los escolios que entre tantos me habían pasado inadvertidos "las más nobles cosas de la tierra quizá no existan, sino en las palabras que las evocan. Pero basta que allí estén para que sean."
En este recopilar opiniones sobre don colacho con las que no había dado al mandar componer el libro me topo aquí con esta de A.  Quevedo en este libro que fue premiado con el premio hispanoamericano René Uribe Ferrer: "Centraré la atención en dos figuras latinoamericanas del siglo XX, dos gigantes de desigual memoria. Me refiero al célebre escritor argentino Jorge Luis Borges y al pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila, cuya obra, mas bien desconocida hasta hace poco, empieza a ser objeto de interés universal. Gómez Dávila nace catorce años después que Borges y muere sólo ocho años después que él; el arco de sus vidas se extiende sobre la casi totalidad del siglo XX, la influencia de sus obras promete no tener fronteras. Uno y otro, siendo aún jóvenes, pasan algunos años  en Europa, donde, además de empaparse de cultura europea, hacen suyas otras lenguas. Pero Gómez Dávila regresa pronto a Bogotá, donde contrae matrimonio y engendra tres hijos. A partir de ahí, y quizás también desde antes, la vida del colombiano no puede ser mas distinta de la del argentino. Sus destinos son francamente dispares y, sin embargo, uno y otro habitan un mismo mundo, que no es sin más la América del Sur ni es tampoco el siglo XX; el tiempo en el que ambos viven es el del pensamiento occidental que arranca de los griegos; el espacio donde moran, una biblioteca".
No es el unico valor del libro su comentario directo de Gomez Davila, ni su comparacion con Borges, Pessoa (sin leerla habia llegado al mismo paralelo), Quevedo o Calderon (mundo que queda por explorar a mucho gomezdaviliano). A. Quevedo llega a construir notas de indudable influencia de nuestro autor. Asi lo que dice al principio del capitulo 3. "Aunque quizás sólo los escritores lo sepan y lo hagan explícito, todos vivimos para transformar la sustancia fugaz de nuestro transcurrir en palabras duraderas y asibles . Lo que llamamos nuestra vida, eso mismo es ya un relato".
Sobre mi querella sobre el catolicismo de Gómez Dávila que según Quino es lo que refuta Malpartida A. Quevedo refuerza mi argumento"Laberintos, espacios circulares y tiempos cíclicos juegan un papel de primer orden en la concepción que Borges tiene del mundo, del hombre y de la historia. Una concepción que, en cualquier caso, se encuentra más cerca de algunas formas de paganismo antiguo que del modelo judeo-cristiano. en esto Borges se parece a Nietzsche y se diferencia en cambio de Gómez Dávila."

Juan Malpartida. Asedio a Gómez Dávila.

Me dicen que no se leía bien la foto que puse, aquí reproduzco para Gomezdavilianos el jpg.


sábado, 28 de marzo de 2015

Alvaro Mutis sobre Gómez Dávila.

Me dio la pista Julia Escobar- No lo había visto citado y precisa mucho del aprecio de Alvaro Mutis por su, lejano, pariente."Te voy a mostrar un libro , regalo de un amigo, que lei a los veintiuno o veintidos años. Mira Figures Byzantines, de Charles Diehl........Claro que si. Me lo regalo´un amigo sabio, extraordinario: Nicolás Gómez Dávila, un lejano pariente mio que leía muchísimo; se trataba de un hombre, caso muy curioso en alguien inmensamente rico, de una cultura absoluta. Y quedé prendado Julián, engarzado con todo lo que se refería a Bizancio." Alvaro Mutis, Primera conversación con Julián Meza.

jueves, 19 de marzo de 2015

Ortega, Volpi, cristianismo y democracia.

Con generosidad me dedica Juan Malpartida casi media pagina en el cultural del ABC. Mas exactamente se lo dedica a mi libro que gracias a él, y antes a Belén Velasco en la Razon, o a Arancha Moreno en la Gaceta o Quino Rivera , y luego a Tamarón rompe el mayo riesgo del libro:  perderse en su caja para ser guillotinado o finalmente saldado.
Soy consciente por mi pasado militante en bioética que el merito no es mio sino del atractivo de don colacho en autores tan diversos, cadáver exquisito que puede dar lugar a tantas lecturas como puntos se encuentran en la composición puntillista.
Precisamente por esa pluralidad no debe pensarse que quienes nos acercamos a una lectura literal de los escolios o incluso navegamos por los textos implícitos que creemos haber encontrado, de forma tentativa, conscientes de la imposibilidad de reproducir en nuestras lecturas el universo de lecturas de Gomez Davila( nuestro mapa renuncia de partida al perfecto e imposible mapa que describiera Jorge Luis Borges,) pensemos en asediar a don colacho.
Don colacho era cristiano y esto explica y define la base de su actitud superadora de un nihilismo al que estaría abocado si no fuera por ese detalle. Por supuesto su brillante descripción del tedio contemporáneo  lo hace extraordinariamente atractivo a autores como Savater que se habían acercado a Cioran o a quienes como Franco Volpi podían desde su perfecto conocimiento de Aristóteles o de Heidegger encabezar cada capitulo de su nihilismo con un escolio gomezdaviliano. Le ocurre, si se me permite,  los mismo que a Dostoievski, tantas veces mas convincente en su definición de los revolucionarios nihilistas que en la que hacia de los cristianos renacidos.
Si, por cierto, cito la no inclusión de obra alguna de  Ortega en el diccionario de obras filosóficas de Volpi y la inclusión de los Escolios a un texto implícito  no fue por menosprecio de aquel sino por aprecio de don Nicolás. Este no valora mucho a Ortega como filosofo, al menos explícitamente en Notas, pero si lo aprecia como prosista, renovador decisivo de español,  hasta el extremo -como ha indicado Tamaron y también me señalo Iturmendi- de tomar su critica del diplomático casi culto etc para definirse a si mismo.
Cuestión aparte es lo de la democracia. Gómez Dávila es irrecuperable para la misma empezando por su definición de la religión democrática y siguiendo por el hecho de que piensa que las libertades son los limites aristocráticos liberales que surgidos con anterioridad a la aplicación del principio democrático intentan muchas veces inútilmente limitarlo. Su estricta confianza en el derecho consuetudinario y en la tradición efectiva del ejercicio del derecho por personas, minorías, habituadas a ello, le ponían en contra de las sucesivas generaciones de derechos humanos. El no vivió aun el pleno predominio de lo políticamente impuesto que ha roto la ficción de que se tolera decir todo en cuanto todos pensamos lo mismo.
De su juicio sobre las democracias la gran cuestión es si estaba en lo cierto al afirmar que exigía adorar al hombre y por tanto matar a Dios. No he visto argumentos estos días que permitan aseverar que estaba equivocado.
Por supuesto el propio don colacho compartía la ironía de Churchill sobre la supervivencia de la democracia debido a la incapacidad de sus críticos de ofrecer un sistema alternativo mejor.


martes, 10 de marzo de 2015

Cuidados paliativos. Hoy en la Razón

Mientras sectores de la ideología dominante intentan extender la eutanasia como medio de solución final a los problemas del dolor y final de la vida, confundiendo intencionalmente la línea “delgada” pero clara que distingue atención paliativa de eutanasia, quienes han recuperado el sentido del cuidado propio de la medicina insisten en que la alternativa humana es precisamente la atención médica hasta el final. Lo que en la teminología actual suele denominarse acompañamiento.
En la legislatura que termina se ha dejado pasar la oportunidad de elaborar una ley nacional de cuidados paliativos y atención al final de la vida que tuviese al menos dos propósitos bien definidos, uno sería extender la formación en paliativos tanto transversalmente en los grados sanitarios como en la especialización de médicos en esa área. Otro la extensión de la cobertura.
En la reciente Asamblea de la Pontificia Academia para la Vida y en el congreso que la ha acompañado, centrado especialmente en la atención paliativa a personas ancianas se ha insistido en que es preciso desarrollar planes nacionales de acceso a estos cuidados, en función de las posibilidades de los diversos países, y también en que es necesaria la creación de especialistas.
Nosotros aún estamos a tiempo de evitar el error que ha supuesto no crear un Área de Capacitación Específica en el decreto de troncalidad. Sin necesidad de un nuevo decreto podemos incluir una demanda que no es corporativa sino que permitiría la atención especializada, cuidadosa y humana que aleja el final de la vida tanto de la eutanasia como del abandono  o la obstinación terapeútica.

La renuncia a la Ley nacional ha propiciado una pluralidad de normas con redacciones dispares y donde se incluyen a veces una visión de las sedaciones o de la interrupción, o no, de ciertos tratamientos poco acorde con la “lex artis”. Quienes se forman en la materia, quienes saben de la atención, exigen ahora que no es posible la ley al menos el Area de Capacitación. Es hora de hacerles caso.

lunes, 2 de marzo de 2015

SEMINARIO INTERNACIONAL DE BIOÉTICA Y NUEVOS DERECHOS 11, 12 y 13 de marzo de 2015

SEMINARIO INTERNACIONAL DE BIOÉTICA Y NUEVOS DERECHOS


11, 12 y 13 de marzo de 2015

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Universidad Rey Juan Carlos


José Antonio Santos y Marta Albert. Universidad Rey Juan Carlos
Coordinadores en el marco de la Cátedra de Bioética y Bioderecho
(Universidad Rey Juan Carlos)

Cristina Hermida. Universidad Rey Juan Carlos
Coordinadora en el marco del Proyecto Principio de no discriminación y nuevos derechos
(Ministerio de Economía y Competitividad)