Toda política que desconoce el imperialismo del ser humano, que cree poder construir un orden, es decir, una relación constante entre la unidad y la pluralidad, sin coacción y sin violencia, por medio solamente de la educación o de cierta distribución específica de los bienes económicos, fracasa inexorablemente.
Nicolás Gómez Dávila. Notas. p 138.
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