lunes, 11 de febrero de 2013

Ni la religión se originó en la urgencia de asegurar la solidaridad social, ni las catedrales fueron construidas para fomentar el turismo.

Eso pensaba don colacho pero no el obispo (o el dean de la catedral ) de Málaga. Con los acontecimientos de hoy ¿que cosa mas natural que ir a la catedral buscando la capilla del Santisimo para rezar?
Al fin y al cabo es la Iglesia mas grande y céntrica de la ciudad. Pero las cancerberas de la puerta estaban para vender entradas y no entendían que alguien quisiese sólo rezar. Antes de acordarnos de los mercaderes del templo, deberíamos pensar que probablemente para un "happening" si hubiesen abierto "pero para rezar ante el Santísimo tras la renuncia del Papa", para eso no.
Que aprendan de San Pedro y Roma, entrada libre en los lugares de culto, cobro de museos, cuidado de la capilla del Santísimo, presencia de católicos no sólo de turistas.

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