jueves, 3 de enero de 2013

Dios y Gómez Dávila 6

La religión no explica nada sino complica todo. 286.

La religión es el temblor que el sacudimiento de nuestras raíces transmite a nuestras ramas. 288

La vida es, para el incrédulo, enteramente trivial o enteramente seria, sólo para el creyente es la vida trivial y seria a la vez.
Como se requiere  criterio religioso para deslindar en todo objeto su porción indisoluble de trivialidad de su indisoluble porción de seriedad, el incrédulo pesimista vuelve serio lo trivial y el incrédulo optimista vuelve trivial lo serio. 288

Sólo el tonto sabe claramente por qué cree y por qué duda. 290.

La obra de arte es un pacto con Dios. 294.

Vista desde Dios la realidad es idea; vista desde el hombre la idea es realidad. 294.

O Dios, o el azar; todo término distinto disfraza lo que uno o lo otro. 296.

En su afán de ganarle la partida al humanitarismo democrático, el catolicismo moderno resume así el doble mandamiento evangélico: Amarás a tu prójimo sobre todas las cosas. 298

El creyente sabe como se duda, el incrédulo no sabe como se cree. 299

Lo ritual es vehículo de lo sagrado.
Toda innovación profana. 300

Las pruebas de la existencia de Dios son la ideología del sentimiento de su presencia en el alma. 302.

La ética entusiasma al incrédulo, mientras que el creyente mansamente se resigna a la moral. 304

El catolicismo de izquierda es la pretensión de bautizar tesis que no se han convertdo. 307

El cristiano actual no se conduele de que los demás no estén de acuerdo con él, sino de no estar de acuerdo con los demás. 307.

Dar una respueta religiosa al enigma del mundo es menos seguro indicio de religiosidad que afrontarlo con una interrogación religiosa. 307

El incrédulo se imagina que la religión pretende dar soluciones, mientras que el creyente sabe que sólo promete multiplicar enigmas. 310

El Segundo Concilio Vaticano parece menos una asamblea espiscopal que un conciábulo de manufactureros asustados porque perdieron clientela. 311

El catolicismo languidece cuando rehúsa nutrirse de substancia pagana.
Los convidados declinan la invitación al festín celeste cuando los advierten que el Walhalla no lo prefigura. 311.

El Cristo de los modernos es hijo de una carpintero que su elocuente  reivindicación de la justicia social erige en prototipo de la inteligentzia revolucionaria.
O, alternativamente, el símbolo mítico de la humanidad divinizada.
Que lerdos, sin embargo, esos lectores a quien ni intimida ese extraño personaje que cruza los páramos evangélicos como una borrasca nocturna.
El agitador crucificado se parece más al Pantocrator bizantino que al dechado de las asistentes sociales. 311.

El Dios trascendente no es una proyección del padre carnal.
Un reflejo de Dios, a la inversa, vuelve padre al progenito animal.
Lo religioso no es expresión de hechos psicológicos o sociales. Lo social o psicológico, al contrario, son símbolos de lo religioso.
Lo que nos conmueve es siempre realidad metafísica. 313.

Para el pensamiento religioso el repertorio teológico de la historia sagrada se repite indefinidamente en la historia profana.
Los tipos son la estructura de su historia universal.
En los momentos en los que su vida tiene significado el hombre repite los gestos de un dios.  313.

Más que un cristiano quizás soy un pagano que cree en Cristo.  314.

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