Algo más
que un Nobel. Por José Miguel Serrano.
Para
muchos de nosotros Shinya Yamanaka ha sido el hombre que ha rescatado la
Medicina regenerativa de su compleja relación con la destrucción de embriones y
con la clonación de investigación ( aprobada por cierto en España por el gobierno radical
de Rodríguez Zapatero).
Ciertamente
los resultados en Medicina regenerativa se estaban obteniendo en todos los
casos con el trabajo con las denominadas
células adultas, regeneradas del propio paciente, sin embargo, buena
parte de la financiación de las investigaciones se mantenía en el mundo de las
células embrionarias, es decir, de las células cuya forma de obtención incluía
necesariamente la destrucción de embriones humanos, rebautizados preembriones
para hacer mas llevadero el atropello.
La
vinculación a la célula embrionaria , sin embargo, presentaba varios problemas.
El primero era evidentemente la falta de resultados clínicos que compensasen el
esfuerzo invertido, pero otros conflictos provenían del hecho de situar la medicina
regenerativa en el centro del debate en torno del inicio de la vida y muy
específicamente en relación con la clonación. El efecto conocido no sólo eran
las denominadas objeciones éticas sino la retirada y sucesiva aprobación de
financiaciones federales en Estados Unidos.
Por
otro lado, el énfasis en las células embrionarias pese a sus nulos resultados
creaba una expectativa comparativa que nunca se podría alcanzar con las células
adultas.
El nudo
gordiano lo rompió Yamanaka cuando logró la reprogramación de células adultas
induciendo su pluripotencialidad es decir la capacidad de generar todo tipo de
células; el éxito se tradujo inmediatamente en un desplazamiento de las
financiaciones y en un traspaso de
investigadores. Se superaban los problemas de la dificultad de obtener óvulos
humanos y se abandonaba en buena medida el debate ético.
Ahora
el Premio Nobel a la edad temprana en el que
lo ha obtenido Yamanaka no sólo es la culminación de una carrera sino un
espaldarazo a una línea de investigación y a un modo de entender la eticidad en
la investigación. Después de los escándalos de las supuestas clonaciones
coreanas o de los conflictos bursátiles de empresas que habían apostado por al
destrucción de embriones, Yamanaka sitúa la medicina regenerativa en el camino
del que nunca debió apartarse.
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