lunes, 29 de octubre de 2012

A propósito del primer aniversario de la Sentencia Brüstle.



El 18 de octubre se cumplió  el primer aniversario de la Sentencia Brüstle del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Como consecuencia de una cuestión prejudicial planteada por el Tribunal Supremo Alemán en un proceso a instancias de GreenPeace, el máximo Tribunal europeo decidió que no eran patentables los procedimientos que incluyesen la destrucción de embriones humanos. Igualmente, aclaró que la protección se establecía respecto a todos los estadios de la evolución de cada ser humano desde la fecundación del óvulo y, en consecuencia, eliminaba a estos efectos jurídicos el concepto de preembrión que se arrastra en muchos países, entre ellos España, desde el informe Warnock. Por otra parte precisaba en línea con el informe del Abogado general Yves Bot que la razón por la que se adoptaba esta exclusión era la defensa de la dignidad humana.

Aunque por razón de competencia esta resolución tiene efectos sólo en lo que atañe a la patentabilidad, se trata de uno de los pasos más decisivos para la protección del embrión humano desde el punto de vista jurídico. Desde la Sentencia se han dado pasos para la extensión de sus consecuencias a otros ámbitos. Así la Comisión de Asuntos jurídicos del Parlamente europeo ha adoptado el 18 de septiembre una resolución a instancias del eurodiputado Piotr Borys instando a que se tenga en cuenta la Sentencia a la hora de la planificación de las investigaciones financiadas por el Programa Marco de Investigación 2013-2020. Esto es, que no se financien con fondos comunitarios investigaciones destructivas de embriones. Aunque la decisión no es definitiva expresa la preocupación de un amplio sector de la Cámara, sector de carácter internacional e interpartidario.
Coincide además este aniversario  con el Nóbel concedido a Yamanaka que inició una línea de investigación exitosa en medicina regenerativa precisamente por la preocupación por la destrucción de embriones asociada a los intentos de clonación y de trabajo con células estaminales de origen embrionario.
Y prácticamente el aniversario es simultáneo  a la puesta en marcha de la iniciativa popular europea a fin de que se extiendan en las legislaciones las consecuencias que pueden derivarse de la Sentencia del Tribunal de Justicia. Por supuesto es deseable que España inicie los pasos para aproximar su legislación a los principios arriba expuestos, alejándose de la deriva radical que se adoptó durante el periodo Zapatero.

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