martes, 31 de mayo de 2011

Articulo en el Confidencial digital: Leyes contra alguien

Leyes contra alguien















Asistí la semana pasada a un seminario jurídico sobre legislación extranjera y debo confesar que aquello me parecía una maravilla. No se habló de ningún derecho fundamental, ni de la realización de ningún valor, ni del cumplimiento de alguna promesa del gobierno. En consecuencia se discutía la reforma legal desde la perspectiva de que la idoneidad o no de la norma francesa al cumplimiento del fin pretendido, facilitar el arbitraje internacional en el país.
Nuestro legislador, más bien en este caso quien ostenta la iniciativa legislativa gubernamental, no parece entretenerse con estas menudencias. Su acción se dirige a la transformación social o, incluso cuando surgen dudas sobre su efectividad en ese camino, a la mera afirmación de un principio ideológico. En ese proceso no puede sorprender que toda norma se dirija contra alguien, pues en la afirmación ideológica se trata de evitar que se haga algo que ya no gusta o iniciar una labor docente que no puede excluir su faceta represora.
En la denominada Ley de Igualdad de trato el enemigo parece claro. Toda institución que mantenga el principio de que en determinadas edades chicos y chicas reciben mejor formación escolar si durante las horas lectivas están en grupos separados; o simplemente quienes optan por esta vía como opción ligada a la libertad de enseñanza deben ser discriminados en virtud, curiosamente, de la norma que proscribe toda discriminación. No importa a estos efectos que las instituciones que forman así mantengan igual atención a chicos y a chicas. O que los resultados de estas últimas, de las que se quiere eliminar discriminación en el empleo y en el acceso a puesto de dirección, sean mejores en educación diferenciada. Aquí hay algo que no le gusta al Gobierno y legisla discriminadamente y ya está.
Llegados a este punto y, ante las dudas que producen las prisas sobre la ley de atención a los pacientes terminales cabe preguntarse contra quien legisla el gobierno. Ya que este en los temas ideológicos siempre legisla contra alguien.
Si se le preguntara a los transformadores sociales probablemente nos digan que se legisla contra los “actores del ensañamiento terapéutico”. Pero esto es tan fiable como pensar que la norma de igualdad de trato se dirige contra los discriminadores. Puestos a buscar víctimas de la nueva ley me inclinaría por observar a los médicos que piensen que la lex artis o su conciencia les impide realizar una determinada acción, por ejemplo, una sedación que, por cierto, normalmente será solicitada por una persona allegada. La nueva ley, en este punto, parece destinada a aumentar la presión sobre este médico en particular

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