“Así la desgracia común llega a la casa de todos, y no la detienen las puertas de
entrada; salta la más alta tapia y da con cualquier, aunque se refugie en el más escondido
cuarto. Mi alma me ordena que enseñe al pueblo de Atenas que la injusticia
trae grandes males al estado, peor que la justicia hace que todo encaje, pone
cadenas al transgresor del derecho, pule lo rudo, modera lo harto, limita el exceso,
marchita y seca los brotes de la ceguera, endereza el juicio torcido y suaviza los
hechos desmesurados, refrena las disensiones, y contiene el rencor de infames
contiendas. El buen orden todo lo humano, encaja y aclara”La injusticia es un mal para todos, incluso para los poderosos aristócratas que deben ceder en sus pretensiones para el bien de la ciudad. También deben acomodarse quienes buscan la completa condonación de sus deudas y el reparto de los bienes.
Solón arbitra entre las facciones y trata de convencerles de dos cosas:
La primera es que nadie esta a salvo cuando reina la injusticia (recuérdese el paralelo religioso con Hesiodo)
La segunda es que sólo beneficios pueden derivarse de la justicia que permite la vida armónica en la polis y evita sobre todo la guerra civil "el rencor de infames contiendas" que tanto daño estaba ocasionando en las ciudades jonias.
Puede también en el comentario sobre la posición de Solón que renuncia al poder en su papel de árbitro y constituyente. (recuérdese la tradición posterior de que las asambleas constituyentes no sigan gobernando)