sábado, 26 de agosto de 2017

Alegato final ante el Supremo de Carvajal en el caso de la Mano Negra.

p "292" Yo las entreveía, cuando el ministerio público, cruzado en alas de su imaginación espacios imaginarios, dabase a pintar el estado social de Andalucía con lujo de colores siniestros, presentándonos una sociedad proletaria sin freno, las pasiones todas desatadas, el comunismo bárbaro en acción, la guerra a la propiedad como norma de los apetitos obreros, el acecho del asesino acurrucado en las sombras, lo mismo para dar  el salto del tigre sobre el propietario honrado, que sobre el asociado secreto, timorato o disidente; nada seguro en aquella fermentación de instintos destructores, concupiscencias salvajes y devastadoras mañas; todo en cambio abatido por el espanto y allanado por esta resurrección de edades de piedra, en que los hombres se arrojan sobre los hombres, como alimañas contra alimañas en el desierto, y en el centro de este cuadro, salpicado de horrores y rezumado de sangre, las fatídicas figuras de estos desgraciados criminales de la Parrilla, como encarnación lúgubre y repugnante de la disolución social con honres de apocalipsis.
¿Ah no , Señor, no! Por fortuna, tales creaciones, verdaderos agri somnia, descansan tan sólo en la calentura de la imaginación que las traza con sobresalto instintivo y las contempla con horror soñado. Conque cada criminal con sus culpas, cada desgraciado con sus remordimientos....., mas no queramos modelar las guerras humanas sobre él cúmulo de nuestras aprensiones o por los contornos de esas creaciones siniestramente poéticas en que se suele servir de material la imagen pálida del miedo  y que suelen tener por forma el metro nervioso de la ira". HE DICHO

Como vemos, el discurso peca de optimista, aunque era obligado en un defensor, pues el miedo y la ira se impusieron y quince salieron condenados al garrote.

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