Tomo el soneto del manuscrito proporcionado por Francisco Oyonarte:
Quiero morir tranquila mi conciencia
de no haber hecho daño voluntario,
con lágrimas bañando el relicario
del alma, en el altar de mi creencia.
Labro en sufrir y amar mística esencia
que redime la culpa en el calvario;
yo pequé, más sufrí viento contrario
y amé a Dios, a mi patria y a la ciencia.
Quiero morir en brazos de mi hijo,
y hallar mi sepultura en el sendero
de la fé y el honor con rumbo fijo.
Quiero morir cristiano y caballero;
quiero morir besando un crucifijo,
¡ y sé que no es morir esto que quiero!
Bien parece que murió converso.
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