Acuciado por el tiempo, por no malbaratarlo, leo a Jiménez Lozano.
Lo especifico de la mirada cristiana del tiempo es que este es corto, y no vuelve: la puerta se cierra. Y eso frente a las antiguas vueltas cíclicas del tiempo, a la afirmación del eterno retorno nietzscheano, a la seguridad científico técnica de que todo esta bajo control y nadie va a venir, nada puede pasar.
Quiere presenciar descontrol?? Opine, transmita, divulgue... Sigue pasando hoy día yo cuento unas veinte, quizas allá más...
ResponderEliminar