domingo, 20 de noviembre de 2016

Pensamiento fuera de la Universidad. Confesión de parte.

En un artículo en un medio de nombre significativo "The Chronicle of Higher Education" se  reconocía que, al menos en Nueva York, el pensamiento se había refugiado en revistas de pequeña tirada y era protagonizado por escritores que no aspiraban a "una carrera universitaria". Con sentido crítico se observaba que a partir de los sesenta, los pensadores cooptados por el sistema académico habían dejado de pensar, para lanzarse a escribir conforme a unos canones universitarios, por los que predomina el sistema de citas de artículos que nadie lee en artículos destinados a que nadie los lea. La especialización, la obligación de seguir los temas admitidos, la necesidad de un patrón y el principio "publish or perish" habían terminado con toda expresión inteligente.
La cosa viene de lejos y ya Schopenhauer, Bloy o el mismo Gómez Dávila nos habían prevenido contra la taxidermia universitaria.
En consecuencia, al enseñar los sistemas de abstract, palabras clave y citas académicas no hacemos sino enseñar un manual de supervivencia en un entorno hostil al pensamiento. El alumno debe conocer los límites del sistema y no buscar en él un verdadero pensamiento.
Lo importante es que no ahogue la curiosidad, se vea impelido a leer fuera de los canones, mantenga la sinceridad y el buen gusto en la expresión y no perezca por las citas. Que no cierre su mente, ni su expresión, en los límites de una sola disciplina y que recuerde el duro axioma gomezdaviliano "las ideas esclavizan al que tiene pocas."

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