sábado, 5 de diciembre de 2015

La vida humana excluida del debate electoral. Hoy en la Razon.

En cierto sentido podría parecer tranquilizador que las cuestiones en torno a la protección de la vida queden excluidas del debate electoral. En cierta medida siempre fue la pretensión del denominado movimiento provida, un acercamiento interpartidario que rompiera la división izquierda-derecha.
Pero somos conscientes que la exclusión de las cuestiones en torno a la protección de la vida humana en estas elecciones  se debe únicamente a  la firme pretensión por parte de las principales fuerzas a las que se auguran escaños de evitar temas espinosos que puedan hacer perder votos. En este punto, ninguna de las cuatro posibles grandes fuerzas pretende transformaciones profundas en el tratamiento de la protección de la vida humana naciente, y solo Podemos parece empujar con claridad en la extensión de la eutanasia.
Desde nuestro escepticismo- los partidos tienen otras cosas en las que preocuparse y estos asuntos frente a lo que nos dicien  ni dan ni quitan votos- debemos, sin embargo, llamar a la experiencia para saber al menos dos cosas. Una es que algunas de las transformaciones mas radicales, vease la del  presidente Rodríguez , no necesito ir en el programa electoral para realizarse. La segunda es que las promesas electorales de protección de la vida humana naciente pueden quedar en minireformas de lo mínimo para disimular la falta de compromiso.
Por ello, prescindiendo de programas, no es difícil adivinar que una mayoría inclinada a la derecha probablemente no incidirá en la legalización de la eutanasia, no modificara el consentimiento de las menores en el aborto, ni legalizará en España los vientres de alquiler. Por el contrario, es mas que probable que una mayoría inclinada a la izquierda, bajo el término de eutanasia pasiva, en principio, facilite el desarrollo de normas de muerte digna que como la andaluza constituyen una presunción a favor de la no aplicación en ciertos casos  de tratamientos indicados, cuando no de puro abandono terapeútico. Esa hipotética mayoría, desde luego, permitiría la explotación de los vientres de alquiler en España y reinstauraría en toda su extensión los pocos puntos modificados de la reforma de Rodríguez.
Ciertamente, los gobiernos tienen, al margen de la iniciativa en la reforma estrictamente legislativa, medios para actuar en el área de la protección de la vida, a través de la autorización o no de ciertas prácticas de investigación con embriones y tejidos humanos, del control o no de las clínicas de reproducción asistida, de la presión o no a los responsables médicos en casos de tratamientos indicados al final de la vida. En este caso, el sectarismo mostrado por la mayoría izquierdista PSOE, mas Podemos, mas todo lo que quede por ahí, se ha hecho evidente, desde los ayuntamientos como el de Santiago a comunidades como Navarra. Andalucía prueba una mínima corrección en el caso de la conjunción Ciudadanos mas PSOE y la otra alternativa posible, según siempre los sondeos, parece que dejaría las cosas como están. No es el menor de nuestros problemas al votar el hecho de que no tenemos ni idea de cual será la alianza electoral que resultará al final. En las combinaciones posibles, y siempre en los temas a los que se dedica este artículo,  la peor es la de “todos contra la derecha”.  Lo probable en ese caso es que se busque una conjunción en “los avances sociales” que disimule los grandes conflictos en otras áreas. Como dijo el gran Groucho las cosas están muy mal pero tenemos  esperanzas fundadas de que empeoren.

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