No deja de sorprender las reacciones poco caritativas que
producen en algunos la frustración de sus planes. Tras llamar a la colegialidad
y a la libertad en la expresión encontramos que las reacciones ante la manifestación
de esa colegialidad se parecen mas a los metodos de las democracias populistas
que a cualquier otra cosa. Una de las técnicas mas viejas es, tras haber montado
un grupo organizador monocromo, o una ponencia sesgada, proceder a calificar de
sectarismo o grupismo cualquier forma de reacción mas o menos organizada. Así
hay un espíritu actual, caritativo, acorde a los tiempos que piensan unos y
cualquier otra cosa es organziación sectaria ilegítima. Desde las asambleas del
partido conocemos la técnica, esta muy vista y ya no asombra a casi nadie.
Lo que no habíamos visto mucho hasta ahora es la queja
aunque el resultado no querido. La queja juega con todos los tópicos del mal
perdedor. El principal que los otros se han atrevido a utilizar técnicas no aceptables
(que suelen coincidir en hacer público lo que esta ocurriendo o reunirse para
ver que se hace). Por supuesto, la apertura, la caridad, el funcionamiento
conforme al espíritu de los tiempos, no se aplica jamás a quienes no han
mantenido la posición querida. Esto reciben tal caricatura que la descripción
de los maoistas a la derecha en la Reovlución cultural parece ingenua y
bien intencionada.
Lejos de reconcerse la legitimidad de las expresiones que
darían lugar a discernimiento en común vemos que el discernimiento ya estaba
realizado de antemano y quienes disienten del mismo pasan a la condición de
disidentes.
Un último apunte para dar contenido jurídico a esta breve
opinión. Desconfía siempre de quien cambia sin previa consulta las reglas del
juego de una Asamblea. Los ataques al legalismo, o formalismo, siempre encubren
la voluntad de hacer una barrabasada.
La Academia y los Partidos son los lugares preferentes de estos procesos, pero no ocurren sólo en esas sedes.
Grandes palabras las suyas, Señor Serrano...Grandes, sinceras, dignas, le honran. Tenga mis felicitaciones, su blog le da una lección grande a otros blogs llenos de juristas que no dicen nada.
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