miércoles, 13 de mayo de 2015

El Papa Francisco y el tirano Raul.

La cosa se planteó ya con Mateo que estaba muy mal visto y debía ser un cabrón con pintas, dedicado a la innoble tarea de extorsionar compatriotas en nombre del poder romano. Jesús le llamó de forma imperiosa y benevolente como vemos en el cuadro de Caravaggio. La cuestión no es por tanto si uno puede comer con publicanos y prostitutas sino el objeto de la comida.


No parece que Cristo llamase para que el pecador público siguiera con su vida, "comprendiendo" la esclavitud en la que estaba sumido y el daño que de paso provocaba a quienes le rodeaban. Más bien probaba la capacidad de transformación, que evidentemente en él es muy poderosa requiriendo eso si la ayuda de aceptación del llamado.
Menos aún puede pensarse que se prestase a una operación de imagen pública del pecador. De hecho a quienes presumían de estar cometiendo sus crímenes en nombre de una causa superior y también a los poderosos los trataba a patadas. El latigo lo reservaba para quienes manipulaban la religión, pero  me han advertido que no mezcle mas de dos ideas en cada entrada y esto me llevaría muy lejos.
Por ello no puede sino alabarse el interés de la jerarquía de la Iglesia por acercarse incluso a criminales del calibre de los hermanos Castro. Su conversión no debe descartarse y de producirse traería consecuencias valiosísimas. Cierto es que Cristo no parece que admitiese, es muy suyo, que le indicasen que si seguía portándose así de bien el converso lo mismo le seguía.
Pero como el corazón humano es un misterio insondable salvo para Dios y el hombre tiende a moralizar sus comportamientos mas abyectos, toda persona de responsabilidad al acercarse a quien en su pasado ha hecho de la propaganda su forma de manipulación debe ser consciente de las posibilidades de que esa sea la intención del otro. Por supuesto, la primera manipulación es intentar beneficiarse de la buena imagen de quien tan cándidamente, o a veces tan astutamente, se deja cortejar. Esa podía ser la intención del dinosaurio cubano al acercarse a Francisco, pero es muy probable que este ya contase con ello. Un grado mas alto en la intención perversa puede ser combinar la operación de imagen con la idea del acercamiento mutuo de dos posiciones igualmente correctas, o peor, el juicio implícito, por cierto, en las palabras de Raúl de que el acercamiento se ha hecho posible  gracias a que una la Iglesia por fín se ha puesto en una posición aceptable para quien siempre tuvo razón: La Revolución socialista. A esta imagen se unen todos los que andan diciendo, ciertamente desde posiciones interesadas de diversos progresismos, que  la Iglesia ha cambiado y no es como era, o al menos el Obispo de  Roma no es como sus antecesores (sea lo que sea que eso signifique).
La evidencia es que el intento de sacar bien del mal y del acercamiento, a veces inexplicable para muchos, a regímenes perversos es una práctica habitual en la Historia, buscando el beneficio a largo plazo para el mayor número de fieles mediante la estabilidad institucional de la Iglesia. Esto no es una novedad. Tampoco lo es que quienes sufren mas directamente la acción de los tiranos se sientan desconcertado sin remedio ante las acomodaciones. Así ocurrió con los cristeros que se vieron desasistidos en pleno combate y así ocurrió con el concordato con la Alemania nazi que tanto afectó al católico converso del judaísmo, borracho ilustre y magnifico escritor Joseph Roth.

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