miércoles, 25 de junio de 2014

La tentación eugenésica. Hoy en la Razón.

La tentación eugenésica. Por José Miguel Serrano.
Aparentemente la cuestión tiene una solución razonable. Se trata de volver al 85 y reconocer el aborto eugenésico, hoy embriopático. A ello ayuda el informe del Consejo General del Poder Judicial, algunos votos particulares del Comité de Bioética de España y parte minoritaria del Consejo Fiscal.  Todo el mundo entiende que la presión de la carga de una grave deficiencia, al menos posible, debe considerarse a la hora de legislar. E incluso quienes han hecho de una “tercera via” en el aborto su justificación para mantenerse en la poltrona ayudarán a entender la nueva posición.
Pero esta solución que “adelantan” algunos medios, buscando la predicción que se cumple a si misma, tiene sus inconvenientes. El primero es indudablemente olvidar el compromiso de la reforma, borrar los bien redactados párrafos en los que se argüía que no es posible en nuestro tiempo y con los compromisos firmados por España discriminar entre fetos en atención a las malformaciones  previsibles en los mismos.  No es menor el inconveniente que se produce también , si atendemos a las explicaciones sobre el aborto eugenésico en la jurisprudencia constitucional, cuando reconocemos que el Estado Social 36 años después no ha podido superar la falta de apoyo a las discapacidades que, según el parecer del 85,  podían justificar temporalmente el grave conflicto al tener noticia de una deficiencia.

Y luego viene la cruda realidad que se extiende no sólo en Alemania, que inventó que el aborto eugenésico no es eugenésico, sino en Francia o España; el hecho que de forma creciente el nacimiento discapacitado se considera una desgracia insalvable. Se produce así la paradoja contemporánea:  mientras el discurso oficial sobre la discapacidad va en un sentido la realidad evoluciona en otro, de forma que cuando vemos a un niño discapacitado alguien puede pensar que hubo no un acierto, sino un error de opción en su familia. Si se trata de hablar de imposiciones lo real es que la eugenesia se impone de forma creciente, se moraliza. Evitar esto en una Ley no es sencillo, pero el Anteproyecto  intentaba evitarlo y justificaba la opción próvida. Por eso nos gusta, y no uso todavía el pasado, a algunos. 

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