viernes, 2 de mayo de 2014

Mi carrera con el diablo.

En ocasiones precedentes critique uno de los libros oportunistas de Pearce sobre Tolkien. Me pareció propio del apologismo fácil, buscando conexiones demasiado evidentes entre “El Hobbit”, “El señor de los anillos” y el dogma cristiano.  Era mas brillante y real el análisis de Stratford Caldecott en “El Señor del Anillo”. Con cierta prevención me acerque pues a su autobiografía que narra su paso desde el pagano National Front hasta el cristianismo: “Mi carrera con el diablo. Del odio racial al amor racional”. Palabra 2013. Mis temores eran infundados, cuando Pearce no busca conexiones forzadas sino relata  lo que ha vivido, aparece como un formidable escritor, de un sinceridad extraña en esta sociedad que se enmascara y con una agudeza en el análisis como desde luego no se ve en España.
Si alguien quiere saber como una parte fundamental de la juventud de la clase obrera británica derivó hacía posiciones racistas, si alguien busca una descripción  el inicio del movimiento Skinheads debe leer el libro.
Describe con meridiana claridad la capacidad movilizadora del odio y también el anticatolicismo inscrito en buena parte de la extrema derecha europea, desde luego en la británica. Pearce huye de toda postura complaciente. Ni cede a la tentación de convertirse en un “denunciante” de todas las personas vinculadas al racismo británico, en el estilo de la izquierda dominante, ni quita ni un ápice de dureza a la descripción de los actos y los pensamientos de quienes constituyeron aquella primera extrema derecha de los setenta y ochenta. Sucedida ahora por movimientos que están mostrando mas habilidad y  fuerza.
Hay dos aspectos de libro extremadamente interesantes para saber lo que fue aquello. Uno es el fútbol, el otro los grupos musicales. Hay que decir que lo que no ha dejado Pearce a sido al Chelsea.
Pearce muestra su transformación que se apoya en dos pilares. El primero el desengaño ante el comportamiento personal de quienes le acompañaban en aquella aventura. Muy joven experimento la traición y el encubrimiento que se esconde bajo los denominados ideales. Pearce no concluye de aquí que nos encontremos ante una consecuencia de la acción política militante. Mas bien lo vincula al odio como factor de movilización.
El segundo pilar es el encuentro con una explicación del mundo  que encuentra racional y llena de esperanza. De ahí el subtitulo del libro  “Del odio racial al amor racional”.
Al sufrir en sus propias carnes dos veces la prisión por delitos de opinión, aunque fuese por opiniones ya abandonadas y denunciadas, Pearce reflexiona con agudeza sobre el poder que se esta otorgando al Estado de reprimir en razón de las expresiones de las ideologías manifestadas por escrito. Advierte, en este sentido, de lo que nos espera cuando este sistema se nos aplique, como se nos está aplicando por manifestaciones que sean definibles como incorrectas por las doctrinas dominantes.
El camino de salida de Pearce se inicio a través de Chesterton y los católicos ingleses. La influencia de Belloc parece la más importante. De aquí saco una tarea.  Debo leer mas a Belloc.

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