miércoles, 11 de diciembre de 2013

Contra la imposición ideológica. hoy en la razón.

Por tan sólo siete votos el Parlamento Europeo ha rechazado un informe que pretendía convertir en política comunitaria las exigencias más radicales de la ideología de género. La alternativa no ha sido una propuesta de distinta índole ideológica, sino el reenvío de esta competencia a las diferentes naciones de la UE. Quedan así ratificadas dos intuiciones que muchos han venido sosteniendo a lo largo de estos meses. La primera es que los radicales pretenden la imposición de su ideología no sólo a través de la extensión del poder estatal disfrazado de políticas sociales, sino también a través de instancias internacionales. La presión sobre Croacia, Hungría o Polonia prueba que lo logrado en Naciones Unidas se pretende reforzar aún más en el nivel de la Unión Europea. Se trata de presionar a las familias y sociedad civil desde las instancias estatales y a los estados díscolos desde instancias como las europeas. La segunda intuición ratificada es la importancia de las próximas elecciones europeas. Cuando muchos piensan en utilizar su voto en las elecciones europeas como oportunidad de apoyar posiciones críticas para los gobiernos o piensan en el castigo de la abstención hacia el conjunto de los políticos, es bueno recordar que sólo siete votos de parlamentarios han separado una victoria política para los sectores provida y profamilia de una imposición ideológica que hubiera caído en cascada sobre nuestras legislaciones. Por ello, sin desmerecer la acción de los movimientos que se han dirigido a los diputados para exigir un voto coherente, conviene recordar que, al final, votos son votos. También en estos momentos de elaboración de las listas europeas es conveniente advertir de que el perfil provida y profamilia de los seleccionados en las listas debe ser un dato clave en la decisión del futuro voto europeo.

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