lunes, 14 de octubre de 2013

Aborto sagrado.

Intento darle tiempo al tiempo para no responder al ritmo marcado por los activistas. Sin embargo, en su actividad vemos precisamente la posibilidad de hacer la genealogía de su estulticia, según don Colacho una de los pocos consuelos  que le quedan ahora al espectador.
Desde la silla del espectador debo decir que la caracterización del aborto como sagrado, es decir, como algo que no se puede tocar,  no puede sorprenderme. Hace algún tiempo nos quejábamos siguiendo al Presidente de la Academia de la sustitución de lo sagrado, la vida es sagrada, por la dignidad, hay que defender al dignidad de la vida. Ello ha dado lugar a muchos equívocos,  como la pretensión de defender sólo la vida digna, o de inventarse la muerte digna para quitar vidas por vías autorizadas.
Pero nuestra cuestión no es tanto la vida sagrada como el aborto sagrado.
Luigi Lombardi Vallauri lo veía venir en Terré.  Para el sádico no hay nada mas sagrado que la propia afirmación de su voluntad, de su espíritu fuerte; en muchos casos el aborto es la máxima manifestación, al menos retórica,  de la libertad absoluta, sin límites "naturales",  como pudiera ser el estatuto del feto o la inmoralidad de las excusas aducidas (por ejemplo la deficiencia del nasciturus).
Si nos ponemos sexuales, el aborto es la última garantía del sexo sin consecuencia procreativa, visto que la anticoncepción falla mucho,  pese a las campañas "educativas". De hecho hay quien sostiene que la sacralidad del aborto se vincula al sacrificio de sangre ante Molloch, siempre reclamando nuevos infantes. La imagen parece terrible pero siempre sospecho en el mas de algo mas banal ( como decia Hannah Arendt). No se si quienes proclaman la sacralidad del aborto están en estas o siguen mas bien en la sacralidad de la voluntad ilimitada que se afirma ante todo, de la que hablábamos antes..
Me viene sin embargo a la mente la sospecha de que aquí se  cumpla la función que atribuía Leon Bloy a lo sagrado en el universo burgués. Máscara vulgar del burgués contable. Apuntaría entonces a las cuentas de resultados que han hecho del aborto un negocio de exportación en España. Recordemos que un reportaje danes sobre el incumplimiento de la legislación en España produjo la reacción inmediata del negociante que controla a un gobierno: esto es,  un rápido cambio legislativo  y proclamación de la sacrosanta Ley Aido. En este sentido claro que el aborto es sagrado. De hecho entre nosotros quedan pocas cosas mas sagradas.

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