miércoles, 28 de noviembre de 2012

Descreimiento de los atenienses. Dialogo de Melos. Tucidides. V 105

Por lo que se refiere a la buena disposición por parte de los dioses, tampoco nosotros creemos  que nos vaya a faltar, pues en nuestras reclamaciones y acciones no nos apartamos del comportamiento humano no en el concepto de lo divino ni en los requerimientos que los hombres se hacen entre sí. Pensamos, en efecto, que  entre los dioses - es una opinión-igual que entre los hombres- con toda certeza- siempre manda,pues es una imposición inexorable  de la naturaleza,el superior sobre el inferior. Y no somos nosotros los que hemos establecido la ley ni los primeros  en utilizarla una vez impuesta. La empleamos ahora, pero nos la hemos encontrado ya en vigor, y en vigor la dejaremos para siempre; y sabemos  muy bien que también vosotros y otros cualesquiera que llegaran a ser tan poderosos como nosotros harían lo mismo. Respecto a los dioses, pues, normalmente no tenemos  por qué temer  que  nos den la peor parte; y en cuanto a vuestra idea de los lacedemonios_ esa confianza vuestra en que su sentido del honor les moverá a venir a ayudaros-, admiramos vuestra ingenuidad, pero no envidiamos vuestra insensatez. Efectivamente, los lacedemonios se emplean consigo mismos y respecto a sus tradiciones patrias con toda nobleza; respecto a los demás, por contra, mucho se podría decir de su comportamiento, pero, para resumir, se diría sobre todo que  más claramente que ningún otro pueblo conocido consideran honroso lo que les gusta, y justo lo que les conviene. Ciertamente, semejante modo de pensar no favorece a vuestra imposible salvación de ahora.

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