miércoles, 11 de abril de 2012

Redimensionar el Sistema Sanitario. Hoy en la Razón.

No es por seguir jugando con las palabras, pero algunas de las medidas que se anuncian en Sanidad difícilmente pueden calificarse de recortes. Es natural que antes de pasar a la limitación de tratamientos de salud en sentido estricto se adecue nuestra cartera en paralelo a los países de nuestro entorno y se eliminen algunas prestaciones, chocolate del loro pensarán algunos, que se incluyeron sin debate y algunas veces por razones puramente ideológicas.

Piénsese por ejemplo en la decisión de generalizar las vasectomías con cargo a la caja de todos, sin incluir  una mínima indicación médica. Con la jurisprudencia del Supremo que exigía indemnización por fallo en el resultado, como en la cirugía estética, encima el Estado podía correr con la obligación de pagar si ésta no cumplía su objetivo.

Un caso aún más evidente es el del cambio de sexo. Modificada la norma para que no se exigiese indicación o prevención médica en la operación, no se dudó en traer una decisión personal y libre, sin indicación médica exigida, a la cartera que debía pagar un sistema sobresaturado. La razón era exclusivamente la opción radical del Gobierno o si se prefiere, de los gobiernos.

En cuanto al debate sobre los tratamientos de esterilidad, creo que hay que matizar. En nuestra legislación no se exige indicación de esterilidad para la Fivet, por ejemplo, aunque parece que un número relevante de casos se relacionan con ella. Sin embargo, en sentido estricto, la Fivet, como la adopción, no cura la esterilidad, es decir, no es una terapia. Por eso parece razonable que en épocas como la actual de agobio económico, y aquí sí puestos a recortar, lo mismo que no se ayuda económicamente en los casos de adopción internacional, tampoco se pague la Fivet.
Cuestión diversa es el tratamiento estricto de la infertilidad; en estos casos sí es indudable que estamos ante una terapia. No me atrevo a opinar si, puestos a recortar gastos, no sería mejor este recorte a otros más vitalmente terapéuticos, pero sí es indudable que entramos en un tema estrictamente médico.

De todas formas, puestos a redimensionar el sistema, no estaría mal que se endureciesen los requisitos de arraigo para acceder a la Sanidad totalmente gratuita  y evitásemos ya del todo el enfermo de ida y vuelta o turismo sanitario que hemos padecido y explica en alguna parte el deterioro de nuestras cuentas.

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