miércoles, 29 de enero de 2014

Enlace número de la gaceta del Fondo de Cultura Económica sobre aforismos

Interesante número. Por supuesto, don colacho pero también Novalis, Jünger, Lichtenberg.

http://www.fondodeculturaeconomica.com/subdirectorios_site/gacetas/jun_2008.pdf

La historia de Roe v Wade,

Abuse of Discretion

The Inside Story of Roe v. Wade

by Clarke D. Forsythe - published by Encounter Books, 2013
A Book Review by Father John McCloskey
This must-read book by Clarke D. Forsythe, the senior counsel at Americans United for Life, is perhaps the saddest whodunit story ever written, since it deals with the 1973 Supreme Court abortion decisions of Roe v. Wade and Doe v. Bolton.
We continue to live with the appalling aftermath of those decisions, including the deaths of tens of millions of innocent unborn children.
And it did not have to happen. Who are the villains responsible for our ongoing holocaust? The author fingers a number of people and events. An important milestone was the marketing of the birth-control pill in 1961, which created an expectation that women could control reproduction and a demand for backup measures for the inevitable failures. Another major player was eugenics and population control, funded and promoted by the Rockefeller Foundation and (of course) Planned Parenthood.
However, while the author describes all the various influences that prepared the way for this deadly decision, in the last case, it was the Supreme Court, ably abetted by the Catholic Justice William Brennan, that bears the onus for introducing abortion on demand, a decision that the American people were as a whole not clamoring for.
Forsythe asks all the crucial questions surrounding that decision: "1. Why did the justices not leave the issue to the states and local public-health officials? 2. Why did the justices expand the right beyond viability? 3. Why did the justices expand the right beyond what the public supported? 4. Why did the justices stake out a broader position than almost any nation in the world?"
Then he does his impressive best to provide the answers through a recreation of the time, the place, the arguments, the assumptions, the politicking, the infighting, the misunderstandings, the misinterpretations, the misappropriated science and the misapplied law that gave birth to Roe and Doe.
But neither Forsythe nor, I trust, you, dear reader, have given up the fight for a truly post-Roe-and-Doe world — that is, a world in which Roe and Doe, together with the disordered mentality and transposed values that supported them and were propagated by them, are no more.
The author concludes his definitive account by concluding that at the heart of Roe is not the Constitution, nor values rooted in American history and culture, but a short-sighted view of America and human liberty.
Despite the heavy imposition of a nationwide judicial edict proclaiming abortion to be a "fundamental right" for 40 years, millions of Americans have rejected that impoverished view of the human spirit by supporting pro-life efforts. That life-supporting view provides a more solid formation for human flourishing in our democratic country than the transient impulses upon which the justices erected a legal guillotine in Roe v. Wade.
We shall overcome!

martes, 28 de enero de 2014

Una extraña división de campos. Hoy en La Razón.

Una extraña división de campos

Según cuenta la escritora británica Anne Farmer, una de las incomodidades con las que tuvieron que enfrentarse algunos partidarios del aborto británicos fue con el hecho de que los nacionalsocialistas germanos parecían tan partidarios del aborto ajeno, principalmente de la minoría judía, como restrictivos en la interrupción que afectase a individuos sanos de la raza aria. De hecho, y por situarnos en un país que sufrió la opresión de  los dos grandes totalitarismos, en el recuerdo de las leyes abortistas polacas siempre se insiste en la imposición de la «liberación» del aborto primero por la ocupación alemana y luego por el régimen fraterno soviético y la restricción en cuanto se alcanzó en 1993 la libertad de legislación. Sirven estos ejemplos, junto a los del aborto obligatorio chino, para recordar que los campos no están tan delimitados entre la supuesta autonomía y libertad de unos y la supuesta restricción de libertades de otros. Sirve también para encontrar claves interpretativas cuando un partido que se opone principalmente a la presencia de inmigrantes en su suelo anuncia que no es partidario de la restricción de la «libertad» para abortar. Una simple observación de quiénes son los que abortan preferentemente en Francia bastará para interpretar correctamente la aparente paradoja del abortismo del extremismo xenófobo. Su coherencia se vuelve sin embargo incoherencia en los analistas españoles. Así es difícil explicar el simplismo de alguna creadora de opinión hispana y de no pocos editorialistas que nos hablan de la «modernidad» de la extrema derecha francesa, frente al atraso hispano, cuando analizan las palabras de la recientemente aceptada Marine le Pen. El giro se les puede volver en contra pues en el abortismo, o al menos en la indiferencia hacia la cuestión política de la protección de la vida, se pueden encontrar en muy incómodas y coherentes compañías. Baste recordar que su odiada Margaret Thatcher fue la autora del giro conservador que dejo de ocuparse de la protección de la vida humana naciente.

domingo, 26 de enero de 2014

Nicolás Gómez Dávila. Texto realismo político.

Toda política que desconoce el imperialismo del ser humano, que cree poder construir un orden, es decir, una relación constante entre la unidad y la pluralidad, sin coacción y sin violencia, por medio solamente de la educación o de cierta distribución específica  de los bienes económicos, fracasa inexorablemente.
Nicolás Gómez Dávila. Notas. p 138.

miércoles, 22 de enero de 2014

Fotos Minorias religosas.

Subo fotos del acto sobre minorías religiosas organizado por el Instituto de Derechos Humanos y la Asociación para la Defensa de la Libertad Religiosa.




lunes, 20 de enero de 2014

Editorial de la Croix sobre la ampliación del aborto en Francia.

Avortement: ne pas nier la détresse
Editorial La Croix, 19/1/14 - 18 H 12

Une «marche pour la vie» aux couleurs de l’Espagne à Paris
Sur un point au moins, toutes les parties prenantes du débat sur l’avortement seront du même avis: ce n’est pas une modification anodine que de supprimer toute référence à «une situation de détresse» avant le recours à une interruption volontaire de grossesse (IVG).

Pour les partisans d’un tel amendement à la loi Veil, qui va être débattu lundi 20 janvier à l’Assemblée nationale, dans le cadre de l’examen du projet de loi pour l’égalité entre les femmes et les hommes, il y a explicitement «la volonté de faciliter l’exercice» d’un «droit fondamental», selon les termes de Najat Vallaud-­Belkacem, ministre des droits des femmes. Les adversaires d’une telle évolution de la loi de 1975 voient là, au contraire, une nouvelle étape de la banalisation d’une décision grave, puisqu’elle conduit à interrompre une vie à naître et retentit sur la mère.

Le débat qui va s’ouvrir est donc important, comme l’avait souligné, en juin 2001, une décision du Conseil constitutionnel. Ce dernier devait se prononcer sur l’allongement du délai pendant lequel une IVG peut être pratiquée, de dix à douze semaines de grossesse. Il avait rappelé qu’en la matière la loi devait respecter un équilibre entre «la liberté de la femme» et «le respect de l’être humain dès le commencement de la vie». À ses yeux, cet équilibre reposait notamment sur la référence à une situation de détresse, cela pour «exclure toute fraude à la loi». Cette dernière expression recouvrait le risque d’eugénisme, et notamment la possibilité de recourir à l’avortement en fonction du sexe de l’enfant à naître.

Cette forme de banalisation, il faut la refuser. Personne, d’ailleurs, n’ose la défendre ouvertement. Encore faut-il ne pas la faciliter en pratique. La détresse bien réelle de la plupart des personnes face à une grossesse inattendue –qu’il s’agisse des femmes, mais aussi des hommes, trop souvent absents en de telles circonstances– mérite, elle, d’être accompagnée, prise en compte et respectée. Non d’être niée ou passée sous silence. Ce qui serait contraire à la dignité humaine.


Guillaume Goubert

martes, 14 de enero de 2014

viernes, 10 de enero de 2014

jueves, 9 de enero de 2014

Examenes de Enero.

Reproduzco artículo de una persona que no conozco de nada y que explica bien la actual situación.
Roberto Blanco Valdes.
¿Algún responsable de la política universitaria piensa en España de verdad en los usuarios del servicio, es decir, en nuestros estudiantes? Tal pregunta no es el pie para enlazar un análisis sobre los males de la enseñanza superior, cuestión a la que ya me he referido aquí en otras ocasiones, sino para algo mucho más elemental: mostrar mi estupor, como profesor universitario y como padre, por el hecho insólito de que a nadie se la haya pasado por la cabeza el mayúsculo y obvio disparate que supone hacer en enero los primeros exámenes del curso, inmediatamente después, por tanto, de las vacaciones escolares navideñas.
Tradicionalmente, y con una lógica de cajón, los exámenes universitarios finales se celebraban en España en junio y en septiembre, más una convocatoria extraordinaria en febrero, que permitía a quienes llevaban materias pendientes aligerar su carga antes de junio. Y todo ello con una cierta flexibilidad, que posibilitaba que los estudiantes realizasen parciales y negociasen, dentro de un margen razonable, las fechas de celebración de sus exámenes.
Luego vino el desastre de Bolonia, la organización del curso en dos semestres (que son en realidad dos cuatrimestres que se quedan a la postre en dos trimestres) y un calendario de exámenes que es un puro despropósito: pruebas del primer cuatrimestre en enero, del segundo en mayo y recuperaciones en junio y la primera parte de julio. En una palabra: durante seis meses se realizan todos los exámenes y durante los restantes seis meses ni uno solo. ¡Viva el sentido común y la racionalidad!
Esa falta de sentido común, que parece haberse convertido en la marca de la casa de nuestra política universitaria, es la que explica que los exámenes del primer cuatrimestre (en los que, en una nueva muestra de insensatez, los alumnos afrontan ¡cinco, seis o incluso siete asignaturas!) se celebren inmediatamente después del período navideño, que reúne más fiestas que ningún otro en todo el año: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, primero de año, vísperas de Reyes y Reyes, y todo ello en medio de las compras, las rebajas, los viajes a ver a la familia y un sinfín de juergas, es decir, de una interminable lista de elementos disuasores del estudio. Hacer los exámenes en enero es la mejor forma de garantizar que la cuesta de ese mes será aún más dura, por tener que cargar, encima de con todo lo demás, con las correspondientes calabazas.
Sí, ya sé que los alumnos deben ir estudiando desde que el curso da comienzo, pero forzarlos a dar el apretón final en medio del jolgorio navideño es una crueldad, además de una supina irresponsabilidad. Una más de las muchas que convierten bastantes de las cosas que hacemos en las universidades en socialmente incomprensibles. También, claro, para nuestros estudiantes.